miércoles, 24 de febrero de 2010

No me emborracho por tu amor....!!!



Era una flor que iba creciendo para volverse en su madurez una carnivora de los petalos de sus compañeras, siempre y cuando ninguna pisada de algun deportista temerario y veloz la aplastase en medio de su carrera y en medio de la risa de todos, interrumpiendo su nido artificial-extraño, pero vivo; o que ninguna niñita de vestido rosa venga a arrancarla desde su pobre tallo para verle la raiz -su origen- y decir simplemente "Mmmmm, no me gusta", tirándola despues, con su par de hojitas nacientes ya moribundas.



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No se esfuerza, un árbol no se esfuerza para crecer. Eso me dijiste hace ya mucho tiempo, yo intentando seguir fiel a ti, seguir despierta en tu cuna gigante de almas: no quiero confesarme que me esfuerzo, gritar que me resisto. Hoy sigo simple y llanamente el camino de la naturaleza. No reniego de ella, no le pongo parches ni le doy la espalda, no la asesino con un martillo. Si tengo que pasar por esto primero para llegar a ti, una madre llevando en silla de ruedas a su hijo cuadrapléjico parecido a una tabla de sauce que ni siquiera puede decirle “te quiero”, yo acepto. Acepto la postergación, el bebito rubio de otro que se va dejándomelo en brazos y diciéndome después de mi pregunta ¿a dónde vas? “a ver si aún tengo oportunidad”; acepto porque no quiero esforzarme, solo seguir el camino de las aguas, de lo líquido, agua del exterior que sale a borbotones sólo para tu lengua.

Querida, tendrás que esperar hasta que salga naturalmente de este paréntesis bendito, azúcar con pan, donde paseo a tu lado saboreando a la madre de los árboles, la tierra de los gusanos que se comunican intermitentemente con las hojas vivas verdes, antenas subatómicas entre el amarillo sedoso y el granuloso piso de color marrón. Esto es un paseo hasta familiar donde voy muriendo mientras admiro la belleza de nuestros niños. Querida, tendrás que esperarme porque esto es demasiado hermoso y yo estoy embriagada, no contigo, no sola. Y siento que voy por el lugar correcto, bajo las sombras criadas por la luz entre las copas, sin recibirla de frente todavía, a tu lado caminando, concretizando los costados pero aun no el centro. Deseando, pero no deseando “no desear nada más”.

Es linda la fiesta que aún está divertida, entre los disfraces de la gente que rodea la pileta circular y el baño del segundo piso cerca a la ventana desde donde se ve todo con inmensas ganas de conquistar a los disfrazados de tunos con sus bobos y pantis negras de mosqueteros. ¿Recuerdas al bebé ajeno, rubio, abandonado?



¿Qué es lo que te arrastra a seguir bailando y empaparte de energía gastada como mar aéreo de colillas de cigarro? C'est la vie. Pero la forma de vida más obvia y compacta que envuelve a una a la que aún no se llega. Otra madre llevando a su otro hijo cuadrapléjico en la silla de ruedas que ahora despide canciones cristianas de noche.


“Es una huevada establecer un margen, una diferencia entre el drogado y el sobrio”. Si lo sobrio puede ser la misma sombra del ojo maligno de la luna menguante, siempre y cuando yo no sea la luna; o los cadáveres pueden ser las piedras uniformadas del parque, siempre y cuando yo no sea las piedras. “No establecí una diferencia, sólo confesé que al drogarme perdí mi yo de piedra y luna plateadas”.

Y me vendrán más olores desde tu piel suave de casi adolescente eterna no dañada por el sol, no mutante como yo, más bien criada entre árboles gigantes de la naturaleza que me enseñaste, guardada en secreto como el día del fin de los humanos en el planeta que queremos tanto porque no fumas, ni te drogas, ni te tocan, y te pones a disfrutar del jardín como un pollo que recibe vida desde el aire. Y por eso, querida, no me emborracho, no me emborracho, por tu amor.



La bella patita!!!


Los chanchitos

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