martes, 26 de abril de 2011

No me emociona…

Nada emociona, nada en este limbo templado si el corazón no late fuerte, si estoy en un sitio quiero estar en otro, es como si hubieran entrado todos a la gran fiesta de los nervios y los colores sicotrópicos, de los sonidos después de un pitazo de futbol, y pégale bien fuerte a la pelota, a tu mujer, al pushing ball pélvico, a las historias hermosas de un dios sobre los cielos celestes que lloviznan de vez en cuando y qué rico sentir la garúa en tu cara, o bañarse con agua calientita, qué rico es cuando se besan, cuando la gente baila despreocupada, los hijos, qué hermoso el bebé en su cochecito, la comida en la boca, los pies en los zapatos… todos dentro de la fiesta de la vida y yo sentada como estúpida en el estacionamiento, dentro de un auto que ni siquiera es mío sino de alguien que también entró a la fiesta y me dejó sola conversando con el espejo retrovisor. Así las cosas. ¿Mi culpa? No lo sé…
-¿Qué haces tú para emocionarte?
-Ahora… converso contigo.
-¡En serio! Falta de emoción… ¿hay un término sicológico para definir ese estado?, debe haber, tú que eres sicólogo ¡dime!
-Sufres de gimenología
-¿Qué?
-Claro pues, estás sufriendo de gimenología y necesitas que te cure jajaja…

No me emociona tu chiste. Enamorada, recuerdos, mamá… vacío. ¿Es que acaso la vida gira en torno a eso, es acaso eso lo esencial? Mañana van a cocinar pepián de choclo, qué emoción, y el sábado fuimos al único castillo de Perú que queda en Chancay, qué emoción, qué bonito. ¡Si supieras que he soñado contigo, amigo!, qué locura. Y este fin de semana compartiré escenario con un grupo de rock peruano de los 80, sí, ¡con el grupo Río! ¿Puedes creerlo? "¡Qué emoción!" Una parte de mí quiere alzar la cabeza, abrir bien los ojos y sonreír. La otra parte soñó con dos brujas bastante ancianas y reilonas, estaban murmurando en la salita de espera de una tercera adivina mientras otra persona, tímida, calladita, que había llegado primero a la consulta de la bruja mayor, y que era yo, se asomaba nerviosa a los cuchicheos de ambas, con mucho temor de que las tres brujas juntas se conviertan en las moiras griegas para cortarme el hilo vital. Como sucedió con el cadáver que vi ayer.
¡Eso sí fue emocionante! Los carros se desviaban por orden de los policías, faltaba poco para llegar a casa así que me bajé. Y pude ver lo que impedía el paso de los carros: sobre la pista negra una mano luminosa por su palidez, parecía de cerámica –creada de barro; un poco más allá, inmensas bolsas repletas de bolsas, translúcidas y desparramadas como basura gritaban el suceso que las dejó en el suelo, igual que el cadáver. La mujer había sido cubierta con las mismas bolsas que recogía para ganarse el pan. La mano con que comía ese pan reposaba inútil en el suelo. Inútil también la mochila negra al costado de su cabeza, ni pertenencias ni almohada ni refugio en ese sueño. Me dijeron que la señora estaba embarazada, que después del accidente, en los quince minutos que tardó en ponerse completamente pálida, su vientre aún se movía.
La vida es un misterio que me abrumará siempre, no los temas típicos-tópicos- túmidos que utilizas para autoproclamarte poeta y decir “este es mi blog” con harta solemnidad. Tu enamorada, tus recuerdos, tu mamá… tu vacío, ¿a quién chu... le importa?

Mujer inconveniente de Liliana Felipe, jajaja cómo me emociona esta mujer!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Las emociones como hormigas esperando el desenlace, y después la trascendencia, en la mente. Escribes bien, que bueno que no escribas sobre enamorada, recuerdos... mamá...vacío, ja, ja, ja, ja.
Atte: Severo (o Cerbero)

bimembre dijo...

Jajajaj creo q el lenguaje del pitbull Cerbero (o Severo) es mas rudo, violento y mordaz jajaj y egolatra... caninos! Muchas gracias :)