jueves, 18 de diciembre de 2008

escuchando todo

en la cuna de viciosos se desorganiza el tiempo
envilecedor porque resta
busca caza
y arrastra cuantos pies tarareando canciones
cuantos colores de cuerpo
es una curva subterranea la que avanza
hasta mordernos
los oidos e inyectarnos
su cuestion efimera santa
su sublime genuflexion apocada
y no podemos hacer menos que seguirle
y hacer actuar nuestras neuronas como marionetas
crepitar reptar
hasta caernos
la cabeza no es mas que un pozo
donde cae desde el salivazo
a la mas aguizante declaracion de amor

Hablare de mi ahora, que es como hablar de ti, porque estas tan presente a veces que no hago mas que estirar mis manos a ver si alcanzan tu fantasma y lo traen un poco mas cerca. No te vas, no terminas de irte a pesar de que ya hemos enterrado y quemado todas tus pertenencias, ¿te gustaron las funebres flores? Yo compre la corona, de esos colores precisos, porque siempre fuiste tan exigente con respecto a la plasticidad. Pero hablare de mi, he dicho. Agotada, casi como tu, se que son mis deseos los que me constituyen como ser humano, como sujeto y que si quiero ser alguien primero tengo que hacer eso: desear. Pero a veces me gustaria ser tan vegetal como el cactus que me regalaste. Cansada, desintegrada casi como tu, me voy de tarea en tarea, de boca en boca como una experta domadora de circo... pero no te pongas asi, tu siempre seras mi circo favorito. Ahora... ya ha pasado un año no?, y creo que no he dejado de hablar de mi que es hablar de ti durante todo este tiempo. Te mentia muchas veces para que me dejaras en paz, yo queria ser libre, volar... hacer lo que se me antoje no tanto, pero no preocuparme al menos de llegar a casa tarde contigo. Tu cuando no con los brazos abiertos esperandome para abrazarme fuerte e irnos a la cama viendo tele. Siempre me gustaron tus piernas lampiñas y sin celulitis ni estrias, me preguntaba como hacias? tomar agua, trabajar duro, claro. Y yo, te digo que estoy cansada, o sea lo de siempre, la universidad, los amantes, las amigas neuroticas y embarazadas, y lo que verdaderamente me importa: soñar contigo. Voy a salir bien en los cursos sin querer queriendo sabes? creo que tus ultimas palabras no fueron para despedirte sino para bendecirme "adiosss, adiosss". Tu calor era bendito tambien, mama.

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